De todas las habitaciones de la casa, la que tiene que estar mejor estudiada es el despacho, ya que es una habitación que tiene que estar creada con un propósito muy concreto: ser productivos en la tarea que nos ocupe, durante el tiempo que pasamos en esa habitación.
Para tener un buen despacho será por tanto indispensable que tengamos en cuenta factores como la luz o la distribución, y a la vez tengamos en cuenta qué tipo de objetos deben de integrar esta estancia. Vamos a enumerarlas:
1 – Elige un “tema”
Un despacho es una habitación que ha de resultar agradable para el uso de quien la ocupa. Si hacemos un despacho demasiado anodino, con una mesa blanca, el ordenador y una silla, puede que no nos resulte muy agradable estar allí. Normalmente los despachos se dotan de un color que le guste al propietario y se complementa con algún material que nos guste y dé calidez, como la madera.
Por ejemplo si nos gusta la naturaleza y los pájaros y vamos a dedicar nuestro despacho a leer sobre ese tema, incorporar tonos verdes, una zona de madera en la pared y algunas láminas de pájaros puede dotarnos de una experiencia más inmersiva.
2 – Una buena posición de la mesa
Colocar la mesa en un despacho no es un asunto que tomar a la ligera. Puede que queramos ser más prácticos y coloquemos la mesa en el lateral de la habitación o puede que queramos emular la sensación de un despacho profesional y coloquemos la mesa en el centro de la habitación, dejando la ventana a un lado o a nuestra espalda, y tengamos de frente la puerta.
3 – Suficientes tomas eléctricas.
No exageramos si decimos que si vas a acometer una reforma en una habitación y poner nuevos enchufes, pongas al menos unos seis o siete, porque puedes necesitarlos para diferentes equipos: ordenador, pantalla, impresora, cargador del móvil, etc.
4 – Silla de trabajo
Para trabajar en un despacho no te vale cualquier silla, ni siquiera una silla de las llamadas “de visitante”. Hazte con una silla de trabajo y mira muy bien la intensidad de uso para el que está diseñada. Normalmente cualquier silla de poca frecuencia de uso te valdrá si no vas a pasar más de una hora en ella sentada al día. Quizás en este caso lo más recomendable sea una silla de respaldo alto, abatible, y con asiento regulable en altura.